Esta fábrica en desuso produjo energía hidroeléctrica gracias a la potencia de las aguas del arroyo Naveo y estuvo en funcionamiento hasta la década de los años 70 del pasado siglo.

En la actualidad se conserva la vivienda y la instalación, donde se encontraban las turbinas de la fábrica de luz, encajadas bajo un entrante de la montaña. También se aprecia un puente metálico para el paso a este lugar.

Existió también un canal de más de 1 km que llegaba desde el azud situado arroyo arriba y la tubería que atravesaba la piedra para llevar el agua canalizada hacia las turbinas productoras de energía eléctrica.

Con respecto a los molinos, según la tradición oral de la localidad, no todos ellos se destinaron a moler grano, como era habitual, sino que hubo dos que tuvieron otros usos. Uno de ellos, que existió en el siglo XIX, fue utilizado como batán para la producción del lino y el otro, tenía como destino moler piedras, aunque se desconoce cuál era su ubicación exacta y los periodos de tiempo en que estuvo en funcionamiento.