Nuestro territorio cuenta entre sus municipios con un total de siete pueblos declarados Conjunto Histórico, lo que da sobrado testimonio de la gran riqueza monumental y artística, que existe dentro de la arquitectura tradicional de la comarca. Existen notables diferencias entre los núcleos de la costa y la montaña, denotando una gran diversidad entre un pasado urbano y pesquero de otro más rural y agrario.
La Comarca Saja Nansa constituye un referente de la arquitectura civil montañesa. A través de sus pueblos, aldeas y villas podemos conocer cómo ha sido la evolución arquitectónica de este territorio y por ende de parte de la región cantábrica. Actualmente se conservan edificaciones de al menos los siete últimos siglos, desde el gótico hasta el modernismo.
La mayor parte de los núcleos rurales puede decirse que han sido constituidos, tal y como hoy los vemos, en torno al siglo XVIII, momento en el que la Comarca vive su época de mayor esplendor económico y social, algo que evidentemente queda plasmado en su arquitectura. Los siglos XVII y XVIII van a ser la época dorada de la arquitectura rural montañesa, son los siglos de la Casona Montañesa, de los Palacios, de los arcos, de los blasones y de la solana. En este momento, además de edificarse numerosas casas, se rehabilitan y se reforman otras, de forma que hoy día en la mayor parte de los casos encontramos en un mismo edificio evidencias de diversos periodos arquitectónicos. Con la llegada del siglo XIX la Comarca recibe la influencia de la arquitectura colonial, la cual queda plasmada en muchos de sus edificios, conservándose a día de hoy algunos buenos ejemplos de la denominada arquitectura indiana.
En la zona costera la evolución ha sido semejante pero con algunas diferencias. Las villas marineras han mantenido, durante más tiempo y desde más antiguo, un estatus económico y social debido a su papel como puertos pesqueros y comerciales. Puede decirse que su evolución ha sido más constante y han recibido una mayor variedad de influencias estilísticas y arquitectónicas. Por otro lado, las diferentes formas de vida entre estos espacios y las áreas más rurales también han definido su aspecto y las características de sus edificaciones:mientras en las aldeas del interior la cuadra tiene un papel fundamental, aquí ese papel lo cogen los almacenes y los bajos comerciales.