Esta pequeña aldea deshabitada, se compone de apenas una veintena de casas, la mayor parte de ellas en ruina, ubicadas entorno al antiguo camino que comunicaba Renedo con Correpoco. Este camino constituye uno de los caminos históricos más importantes de la Comarca, no sólo, por su antigüedad, sino también ,por su relación con la ocupación y desarrollo del valle.Por él, llegarán al valle entorno al siglo VIII habitantes procedentes del norte de Castilla, en busca de refugio,ante el imparable avance musulmán. Será este mismo camino, por el que casi un siglo más tarde ,los descendientes de estos pobladores abandonen la región para reocupar las tierras Castellanas, migración que siglos más tarde será conocida como Ruta de los Foramontanos.
Hasta la construcción de la carretera Cabezón de la Sal-Reinosa por el puerto de Palombera en el año 1.896, el camino que, a media ladera cruzaba Llendemozó dirigiendose hacia Correpoco, va a ser uno de las principales vías de comunicación de el Valle de Cabuérniga con la Meseta, favoreciendo así el crecimiento de este pequeño barrio. Llendemozó va a constituir un importante punto en el camino, especialmente durante los meses de invierno y primavera, cuando las crecidas del rio Saja que impedían el paso por el puente de las Trechas, haciendo casi imposible tanto a carreteros como a viajeros llegar hasta Renedo, para desde ahí continuar por Cabuérniga hacia Cabezón de la Sal. Sin embargo, con la apertura de nuevas vías de comunicación, este camino dejará de usarse y Llendemozó, poco a poco, se irá desocupando y abandonando.
Actualmente Llendemozó, conserva singulares ejemplos de arquitectura montañesa, predominando las construcciones en hilera levantadas entorno al camino, en las que se alternan casonas con arcos, cuadras y casas llanas. La mayor parte de estas son edificadas entre los siglos XVII y XVIII, momento en el que Llendemozó, al igual que la mayoría de la Comarca, vive su mayor auge económico, situación que queda reflejada en su arquitectura.
De especial interés ,es la Ermita de San Antonio, situada a las afueras del pueblo, sobre una loma un poco alejada del Camino Real. Este sencillo templo levantado en el siglo XVII, seguramente sobre un templo anterior, esconde en su interior un espectacular artesonado de madera policromada, semejante al que existe en la Iglesia de San Juan Bautista de Correpoco. Se trata de un tipo de decoración escasa en la Comarca, pero que probablemente en el pasado fué muy habitual, no solo, en las construcciones religiosas, sino tambien, en casas y casonas. Esta decoración se compone de pequeñas hojas y flores en azul, rojo y amarillo sobre fondo blanco, pintadas tanto en las vigas como en las viguetas y el tillo.
La singular ubicación de Llendemozó ofrece la posibilidad de apreciar unas vistas panorámicas excepcionales del valle y sus alrededores, pudiendo distinguir claramente cada uno de los diferentes espacios producivos tradicionales: en el fondo del valle, las extensas mieses y los prados rodeando los pueblos; a media ladera monte y pequeñas masas de bosque intercaladas con invernales; y en las zonas más altas pastizales, monte bajo y densas masas boscosas en las zonas más pendientes e inaccesibles. Si seguimos por el camino que va hacía Correpoco, tenemos la posiblilidad de hacer un recorrido de unos 3 km cargados de historia, a través del Monte Serradores, siguiendo los pasos de los Foramontanos. A lo largo de este recorrido, atravesaremos bosque de robles y hayas y podremos disfrutar de unas vistas únicas del tramo alto y medio del Valle del Saja.