Carlos I de España y V de Alemania, nació en Gante en el año 1500, y falleció en el Monasterio de Yuste en el año 1558, siendo hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
El príncipe Carlos nace y vive hasta los 17 años en los Países Bajos. Debido a la prematura muerte de Felipe el Hermoso y la enfermedad de su madre Juana, lo cual obliga a su abuelo Fernando el Católico, regente del reino, a dejar escrito en su testamento que Carlos sea nombrado Gobernador y Administrador de los reinos ante la incapacidad de su madre.
Un año más tarde, la muerte de Fernando, precipitó la venida de Carlos a proclamarse rey, influido por sus consejeros flamencos. A pesar de estar mal visto desde la península al ser extranjero, el 7 de septiembre de 1517 se embarcó hacia Santander para su coronación junto a su madre Juana. En su primer viaje, que parte de Middelburg, no llegó a Santander por causa de un temporal, sino que desembarcaron en Tazones (Asturias) y desde allí el sequito de Carlos tomó dirección hacia Valladolid con la intención de ser jurado por las Cortes, pasando por San Vicente de la Barquera, Treceño, Valle de Cabuérniga y Los Tojos, en lo que se refiere al territorio de la Mancomunidad Saja Nansa.
La muerte de su abuelo Maximiliano I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, le obligó a desplazarse a Alemania en el año 1519, donde fue proclamado Rey de Romanos, título que tenía el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, de ahí que sea conocido como Carlos V de Alemania.
Antes de ser coronado rey en Valladolid, atravesó nuestro territorio con todo su séquito en dirección a Castilla. Su primer contacto con el reino que tendría que gobernar, atravesando rías, enormes bosques y solitarias montañas, le debió impactar, y empezando a forjar el carácter del futuro emperador.