Entre los núcleos de Puentenansa y Cosío, a orillas del Río Nansa, se encuentra un edificio, hoy en desuso, que fué un antiguo balneario. Uno de los elementos más importantes del valle durante la segunda mitad del s.XIX y primer tercio del s.XX.

El balneario debe su ubicación a la surgencia de aguas sulfurosas, descubiertas en la segunda mitad del s.XIX por un sacerdote de la zona, quien las recomendaría para infecciones cutaneas, bronquiales y con fines terapeúticos, ya que creía que tenían propiedades medicinales. Esta creencia da lugar a que se proponga crear un edificio destinado a casa de baños extrayendo las aguas del manantial.


En 1850, se levantan las dependencias del balneario, incluyendo una galería de baños que contaba con 12 bañeras junto con un servicio de alojamiento. Mas tarde, en el año 1892 se amplía con viviendas, biblioteca, capilla y otras dependencias. Aquí, se reunieron intelectuales y aristócratas de la época, ya que eran los que podían disfrutar de estos lujos.


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