Se trata de uno de los balnearios más singulares de la región. Aún hoy en funcionamiento, sus aguas cloruro-sódicas e hipertermales son, con 62,50ºC ,las segundas más cálidas de España.

A mediados del S.XVIII ,se tenía constancia de las propiedades terapéuticas de los manantiales de la Hermida, al cual acudían enfermos de la zona y de las provincias colindantes de Asturias, León y Palencia. Hasta 1841 el manantial de agua estaba descubierto, edificándose al año siguiente una casa de baños debido a la mayor demanda de enfermos.


En 1881 se edifica el complejo que actualmente se conserva (galería de baños, hospedería, ermita, parque y edificio para tomar el agua embotellada). En el año 1934 comienza a construirse una nueva y moderna galería de baños, a continuación de la antigua, no pudiendo ser inaugurada en la fecha prevista sino dos años después, debido al inicio de la Guerra Civil y a que las instalaciones se dispusieron con fines militares.


Con posterioridad a la Guerra Civil, en 1941, las instalaciones sirvieron de refugio temporal a los niños damnificados en el incendio de Santander. Se mantuvo cerrado hasta que, a principios del S.XXI ,se inicia la confección del proyecto para la rehabilitación y reapertura del complejo.


Este balneario está ubicado dentro del espectacular Desfiladero de la Hermida, una profunda garganta de más de 20 kilómetros de longitud excavada por el río Deva, formando impresionantes paredes de roca caliza que en ocasiones alcanzan desniveles superiores a los 1.000 m, acompañados de bosques de encinas, generando unas vistas espectaculares. Reúne valores ecológicos de gran valor, especialmente para las aves rapaces (buitre leonado, águila real, alimoche, el halcón peregrino,…) que encuentran en la inaccesibilidad de estas paredes un lugar perfecto para desarrollar su vida.