Esta fiesta nace en el año 1966 bajo el nombre de Día de La Montaña, con el fin de ensalzar las tradiciones populares e históricas de la Región. Años después, en 1979 comienza a denominarse Día de Cantabria - Día de la Montaña, para más tarde definirse como Día de Cantabria, coincidiendo con la declaración del Estatuto de Autonomía y como reconocimiento a que Cabezón de la Sal fue el primer municipio cántabro en solicitar la autonomía.

Es un día donde la Villa se llena de actividades y eventos dedicados a las costumbres, tradiciones, folklore y valores etnográficos de la región. Los actos comienzan desde bien temprano y los lugareños y visitantes tiñen las calles de rojo y blanco en honor a los colores de Cantabria, luciendo el traje típico regional.

A mediodía, las autoridades autonómicas se dan cita en el parque Conde San Diego donde el presidente de la Comunidad pronuncia su discurso, culminando con el alzamiento de la banderas de todas las comunidades autónomas y dando lugar al resto de celebraciones; música, tambores, piteros, gaitas o pandereteras amenizan la jornada hasta su clausura con la tradicional “pasá” y el desfile de las carrozas, que recorren las calles principales de la población.