San Vicente de la Barquera y su puerto tejieron una red de intereses comerciales pesqueros en el Atlántico Noroccidental, dando lugar a una época dorada a finales de la Edad Media en la villa.

La cofradía de pescadores y mareantes de San Vicente fue fundada el 28 de mayo de 1330, lo que da a entender la necesidad de la villa por crear un ente legislativo que reglase las actividades pesqueras del lugar desde muy antiguo. Por consiguiente, la capacidad para controlar el espacio marítimo y su área de influencia frente a las localidades vecinas, le supuso un gran auge urbano y comercial a finales de la Edad Media.


Los pescadores barquereños eran bien conocidos por todo el arco Atlántico y el Mediterráneo occidental, donde comerciaban con pescado en seco (pescado tratado para su conservación en el tiempo), por lo que los contactos culturales con otros pueblos fueron diversos y múltiples. Las costeras de altura se realizaban en los caladeros de Irlanda en busca de la captura de la merluza, bacalao y arenque, llegando a instalar factorías provisionales en las que se procedía a su secado y posterior salazón. Parte de la pesca se intercambiaba in situ, y el resto se comercializaba en los puertos cantábricos, muchos de los cuales irían a la meseta, y posteriormente embarcarían hacía Andalucía. A continuación se dirigían a los caladeros marroquíes y canarios, donde al igual que en Irlanda establecían factorías provisionales, regresando al final del año a la villa..


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