Su papel como cruce de caminos históricos y punto de paso obligado en las comunicaciones cantábricas, han convertido a esta villa en uno de los principales motores económicos de la Comarca, tanto por su comercio como por su industria, basada en las minas de sal, las fábricas de muebles y la industria textil .

Cabezón de la Sal se localiza en un lugar estratégico ya que dispone de variados e importantes recursos naturales como abundante agua, amplias y fértiles tierras, recursos forestales y recursos mineros.


El origen de esta localidad se remonta hasta la Prehistoria. Los primeros asentamientos corresponden a los cántabros, que ocuparon el “Cabezo” o castro de Pico La Torre (actual Poblado Cántabro), lugar dominante sobre los ríos Rey y La Torre. Se ha asociado su topónimo con el sistema de medida utilizado por los romanos que explotaron las minas saladas de Cabezón, a pesar de que no existen evidencias arqueológicas de su paso por esta localidad. En cambio, sí se puede afirmar que durante la Edad Media fué cuando Cabezón toma entidad y pasa a llamarse “Cabezón de la Sal”, debido a los beneficios de la producción salinera, que atrajo a la alta nobleza (Señorío de la Vega) y a notables locales.

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